Repartiendo besos, ceniza y palos, el Guirria, señor y mago por un día, se pasea por el pueblo de San Juan de Beleño el primer día del año.
Acompañado por los aguinalderos a caballos, siempre encapuchado y con la vara para apoyarse en lo saltos, hace perdurar una tradición fantasmal, mientras las mozas huyen de su «cariño».
El recorrido por los barrios de Beleño en Ponga, se convierte en un festival mientras los vecinos participan ofreciendo comida y bebida al duende con su oculta identidad; mientras busca en las casas a las mozas que se le ocultan.
La magia, tradición y romanticismo son protagonistas del encanto de este mitad trasgu, mitad hombre; el cual por un día se erige como el rey del lugar, rodeado por caballos y aguinalderos, gaitas y voladores.
También los vecinos del próximo Sobrefoz salen a caballo para solicitar viandas y bebidas a sus paisanos; todo un espectáculo digno de conocer estas navidades.
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